Así como las marcas que se dedican a vender determinado producto o servicio necesitan desarrollar estrategias de marketing, las personales también lo requieren.  

Cuando hablamos de marketing personal nos estamos refiriendo a ese plan o estrategia que sirve para vender tu propia imagen, con el objetivo de tener una proyección agradable, tanto a nivel personal como profesional, por lo tanto, se le considera a una persona como una marca lo que en inglés se traduce como personal branding. ¿Te suena?

Todo el mundo proyecta una imagen, independientemente de que sea positiva o no, por eso es necesario que se vea con seriedad, porque de ello depende hasta de la obtención de un empleo. Y es que se dice que lo que proyectamos es “nuestro producto final”, es decir, “representa todo lo que somos por dentro”.

También recuerda que el lenguaje no verbal dice mucho más de lo que pensamos. No obstante, muchas personas ni siquiera toman en cuenta esta serie de aspectos y, ¡Fíjate el tamaño de la importancia que tienen!

En líneas generales, el marketing personal se encarga de estudiar a la persona considerando ciertas características, como, por ejemplo, su personalidad, apariencia física, relaciones interpersonales, metas profesionales y también se dedica a conocer su día a día para así lograr proyectarte como realmente quieres por medio de una estrategia, haciendo que te sientas muy bien y, si te sientes bien, te aseguramos que conseguirás todo lo que te propongas.

Asimismo, debes cuidar que la imagen que transmitas tenga coherencia con lo que quieres vender, porque muchas veces sucede que nunca se definen y terminan con resultados altamente negativos. Recuerda que la única persona que se va a beneficiar de esto eres tú y solamente tú puedes potencializar tu propia marca.

Y es que actualmente nos encontramos en un momento donde te juzgan por cómo te veas, por lo tanto, la imagen que estemos proyectando es muy importante. ¡Tómalo en cuenta! Y ¡Diferénciate de la competencia!